San José, 15 de julio del 2024. En el control político de hoy, el diputado David Segura pronunció un emotivo y contundente discurso titulado «El Orgullo de Ser Conservador». En su intervención, abordó diversos temas de gran relevancia para la agenda conservadora y la libertad de pensamiento, destacando la importancia de proteger los valores tradicionales y la libertad individual.
El diputado hizo un llamado a los jóvenes costarricenses a no temer expresar sus convicciones conservadoras y enfatizó la defensa de la libertad, la familia y la vida, criticando las iniciativas progresistas que buscan imponer una única forma de pensar y adoctrinar a los niños.
A continuación, el discurso completo:
EL ORGULLO DE SER CONSERVADOR
El sábado intentaron matar a Donald Trump. Intentaron matar al expresidente, y futuro presidente otra vez de los Estados Unidos, por decirle la verdad al progresismo nefasto que los quiere adoctrinar y empobrecer. Lo intentaron matar por defender los valores conservadores que han hecho a Estados Unidos el país más desarrollado del mundo.
Y hoy, yo quiero decir con mucho orgullo que soy un joven conservador. Porque los jóvenes conservadores estamos dispuestos a alzar la voz en Costa Rica, al igual que lo están haciendo en los Estados Unidos.
Y lo digo porque últimamente pareciera que los jóvenes no pueden ser conservadores. Pareciera que quienes se hacen llamar «progresistas» quieren obligar a los jóvenes a pensar solamente como ellos. Y eso que se jactan de ser «tolerantes» e «inclusivos». ¿No se supone que tenemos criterio propio? Que tenemos libertad de pensamiento.
Y es que… ¿Cuántas veces estos «progres» han querido silenciar a quienes no están con ellos? ¿Cuántas veces han «cancelado» en redes sociales una opinión diferente?
Porque los conservadores creemos realmente en la libertad. Creemos en la libertad de pensamiento, en la libertad de opinión, de religión e, incluso, de preferencia sexual.
Lo que pasa es que los conservadores creemos en una libertad que no adoctrine a nuestros niños en contra de su inocencia y la naturaleza. Por eso, los conservadores no permitiremos que unos cuantos trastornados quieran manipular a los niños —y también a unos cuantos padres irresponsables— para que atenten contra su propio cuerpo y su propia sexualidad. Por eso es que en Nueva República jamás permitiremos que partidos políticos como el Frente Amplio y sus aliados quieran destruir la salud, la inocencia y el futuro de los niños con inyecciones hormonales o, incluso, mutilándoles los genitales por estar simplemente confundidos con su sexualidad.Ni tampoco permitiremos una apología al libertinaje y la desviación ante los ojos de nuestros niños, como la que hacen en sus shows eróticos mal llamados «marchas de la diversidad»; y las cuales querían, con todo descaro, que fueran de «interés cultural».
También por eso es que hemos rechazado el mal llamado proyecto de «terapias de conversión». Porque mientras esos llamados «progresistas» quieren censurar el libre consejo, por otro lado, quieren llevar a los niños por un camino irreversible y dañino para su salud con tal de posicionar su agenda en contra de la libertad, la familia y la naturaleza.
Porque los conservadores defenderemos siempre a la familia como centro de la sociedad, porque sin valores familiares no hay ni nunca habrá, precisamente, una sociedad funcional, y porque son los padres quienes deben inculcarle esos valores a sus hijos para que puedan ser niños con su inocencia y, más adelante, adultos que puedan alcanzar el éxito en sus vidas.
Ser conservador es defender, no solo la libertad en toda la amplitud de la palabra, sino también a la familia, sus valores, y la vida que surge de ella. Una familia que los «progresistas» han querido destruir. Porque sin familia, no hay vida. Y sin vida, no puede haber nada más.
Por eso, los conservadores defendemos la vida desde la concepción hasta la muerte natural. ¿Quiénes somos los seres humanos para quitar una vida? ¿Quiénes somos los seres humanos para decidir cuál vida es más importante?
Por eso también, los conservadores defenderemos siempre a las víctimas por encima de los criminales. Y, por eso, hemos presentado y apoyado en esta Asamblea Legislativa proyectos de ley que castiguen con mano dura al delincuente que atente contra la vida.
¡Todo eso y más es ser conservador! Porque queremos conservar la Costa Rica pacífica, segura y familiar que hemos ido perdiendo en los últimos años. Y por más que lo intenten, una minoría de «progres», ruidosa, pero igual minoría, no podrá silenciar a la gran mayoría de los costarricenses. Una minoría que ha discriminado a miles de jóvenes en las universidades y sus círculos sociales para hacerles sentir mal por ser conservadores.
Pero esa intolerancia y pretensiones de adoctrinamiento, lo único que han hecho es que la gran mayoría de Costa Rica les rechace. Porque el pueblo quiere conservar la Costa Rica que les ha hecho sentir orgullo de vivir aquí. El pueblo quiere conservar sus valores. Y sus valores más preciados son conservadores.
Porque ser conservador es motivo de orgullo siempre, no por cálculo político ni por intereses electorales. Ser conservador es defender la Costa Rica en la que crecimos, la que siempre ha sido un orgullo para las familias costarricenses y la que debemos conservar en contra de la amenaza de una minoría que se hace llamar «progresista».